Un golpe valiente y una madre en pie de guerra marcan el rumbo en Una nueva vida: así están las cosas
La situación es muy crítica y las vidas de las hermanas Sanli penden de un hilo. El futuro es incierto, pero una cosa está clara: la lucha por conseguir ser libres y felices apenas ha comenzado.
La escapada de Suna ha sido un momento clave para la familia Sanli. Su madre, Esme, ha suplicado a Suna que huya, advirtiéndole sobre el infierno que le espera si decide seguir las órdenes de Kazim. Consciente de que el tiempo se agotaba, Suna ha encontrado el valor de escapar y tomar las riendas de su vida. Pero, ¿se echará para atrás?
Ferit, decidido a salvar a Suna de su destino impuesto, se ha convertido en su aliado. Aunque no tenía un plan específico, se ha dejado llevar por sus impulsos. Tras secuestrarla, la ha llevado a casa de su novia.
Pelin ha sorprendido a todos al dejar de lado su orgullo y demostrar que, a pesar de su enemistad, hay esperanza en la solidaridad entre mujeres.
En una conversación íntima, Abidin le ha asegurado a Suna que será feliz con quien elija, haciéndole saber que, aunque no podemos elegir a nuestras familias, sí podemos elegir la familia que queremos crear con la persona que amamos.
Sin embargo, Kazim, muy enfadado por la fuga de su hija, está dispuesto a todo para recuperar el control.
Pero la mayor explosión de tensión se ha producido cuando Esme, harta de años de abuso, se ha rebelado contra Kazim. En una escena brutal y desgarradora, ha gritado que está harta. Esta vez, la tía Hattuc ha intervenido, poniendo en su sitio a su sobrino, sin permitirle que le pegue a su mujer.
En la mansión Korhan, Suna, al ver a su padre a punto de asfixiar a su hermana Seyran, ha tomado la decisión más valiente de su vida: ha golpeado a Kazim en la cabeza, dejándolo inconsciente. Las hermanas, abrazadas y aterrorizadas, se preguntan: ¿ha muerto su padre?