Para que Ceylin pueda olvidarse de todos sus problemas, Ilgaz la sorprende con una escapada romántica a Capadocia. Allí, ambos pueden disfrutar de paradisiacos paisajes y de diversas actividades.

Cuando ambos se encuentran en un mirador, Ceylin decide acercarse al árbol de los deseos y atando un trozo de tela decide pedir uno. Ilgaz, curioso, le pregunta cuál ha sido su deseo; pero como la joven Erguvan es supersticiosa prefiere no decirlo… ¡así seguro que se cumplen sus anhelos!

Para sorpresa de su mujer, el fiscal decide pedir dos deseos. Y aunque al principio Ilgaz rehúsa contarle a su mujer sus pretensiones, acaba cediendo y confiesa que… ¡le encantaría tener hijos con Ceylin y formar una gran familia!

Ella no se atreve a contestarle y ambos se funden en un cariñoso abrazo. ¿Qué se le está pasando por la cabeza a Ceylin? ¿Formarán pronto una bonita familia juntos?¡No podemos esperar!