Akif, arruinado, se ve obligado a trabajar de vendedor ambulante
Para conseguir algo de dinero para poder sobrevivir, el padre de Doruk se decida a venderles piedras de la playa a la gente que pasea por el puerto.
La vida le ha devuelto a Akif parte del daño que ha causado durante estos años. Ayla y Nebahat consiguieron apartarlo de su empresa y dejarlo en la calle sin nada. ¡Por fin recibía de su propia medicina!
Suzan también le dio la espalda. Lo echó de casa y le aseguró que nunca le perdonaría que hubiese destrozado su familia y la hubiese utilizado para librarse de la cárcel. Akif se quedó solo y tuvo que buscarle la vida como pudo.
Ahora trabaja en la calle como vendedor ambulante demostrando, como siempre, sus dotes de convicción. ¡Que es buen emprendedor no nos cabe duda! ¡Este sí que es capaz de venderle un iglú a un esquimal!
“¡Qué bien se lo monta, amigo! La verdad es que se merece un monumento”, le dice uno de sus compañeros vendedores del puerto. ¡No entiendo cómo ha podido acabar ahí con la visión de negocio que tiene!
“Conseguiré hacer algún negocio y volveré a levantarme otra vez”, le asegura Akif. En ese momento, aparece la policía y tienen que salir corriendo. ¡Quién le iba a decir a Akif que acabaría así! ¿Conseguirá volver a ser algún día tan poderoso como antes?