Süreyya se ha marchado del hospital, cerrando uno de los capítulos más intensos de Renacer. Su historia ha sido todo menos sencilla: ha intentado sabotear a Bahar, se ha enamorado de Evren, ha perdido el control… y finalmente ha pedido perdón.

Durante semanas, Süreyya ha sido un obstáculo para Bahar, movida por los celos, la inseguridad y su relación frustrada con Evren. A pesar de su cargo como jefa médica, ha cruzado límites personales y profesionales. Su intento de alejar a Bahar del hospital ha terminado volviéndose en su contra, y cuando la verdad salió a la luz, no le quedó más opción que enfrentarse a las consecuencias.

Ahora, tras ser destituida, Süreyya se ha despedido con dignidad. Antes de marcharse, ha pedido perdón a Bahar, reconociendo que se equivocó.

En su despacho, Süreyya también ha vivido un momento muy especial con Eylem, su residente. La joven se ha despedido con cariño y agradecimiento, recordando lo que ha aprendido a su lado. Süreyya, emocionada, le ha agradecido que estuviera de su parte incluso cuando no tenía razón. Ambas se han abrazado deseándole lo mejor la una a la otra.

Ahora, Süreyya comienza una nueva vida en Alemania, dejando atrás el hospital, su puesto y el pasado. Ha sido una mujer que se ha equivocado… pero también valiente al reconocer sus errores y pedir perdón. ¡La echaremos de menos!